Por Indira García.
Los títulos cliché que suelen ponerle en español a películas de terror hace que nos limite a querer verla porque podemos pensar que es “más de lo mismo”. Eso pasa con Boda Sangrienta, su título en inglés Ready or not nos hubiera dado un mejor aproximado a lo que venía.
La historia, tan simple como absurda, trata de una tradición familiar en una boda de la que el recién casado no le ha platicado a la novia. Esta tradición es sencilla, consiste en sacar una carta y el ente que los cuida será quien decida que van a jugar y para desgracia de la novia, le toca la carta de las escondidillas que, traducido a satánico, significa que tienen que matarla antes del amanecer o todos los integrantes de la familia morirán. No dan mucha explicación ni trasfondo, la película va directo al grano y te pone a los muertos en la mesa desde el primer momento.
Lo interesante del primer arco de la historia es que, ella no sabe que pasa. Todos consiguen un arma mientras cuentan hasta 100 para ir a buscarla y ella, inocente e incluso decepcionada de que esté pasando así su noche de bodas, se esconde de todos. Es hasta que ve de reojo cómo matan a una sirvienta por accidente mientras la buscan que se da cuenta de que en realidad no es un simple juego.
Los padres y hermanos del recién casado insisten en que no puede sobrevivir, pues según el pacto que tenían con la persona que les dió toda la riqueza a su familia, implicaba que si ella no moría todos los que formaban parte de la familia iban a morir enseguida.
Hay algunas escenas que recuerdan a You’re Next y probablemente es lo que quisieron lograr con REC 3. Boda Sangrienta es una cinta que si hubiera salido en los ochentas hubiera pasado a la historia entre los slashers mejor recordados, pues maneja perfectamente el balance entre la comedia negra y los puntos de tensión. Hasta tiene la típica escena con la final girl frente a todo el desastre, cumple todos los puntos de un buen slasher.
No escatimaron nada en lo gore, hay sangre por montones y escenas gráficas complementadas con chistes que le quedan como anillo al dedo. Los personajes aportan muchísimo al resultado final, no por su profundidad ni desarrollo, sino por su simplicidad cliché. Tenemos al alcohólico, a la drogadicta que no suelta la coca en ningún momento, el tío gordito y simpático que no sabe ni qué hace ahí pero está dispuesto a cooperar mientras googlear le ayude, la tía abuela amargada y, por supuesto, el enamorado que haría lo que fuera por salvar a su amada.
Rituales satánicos, destripados y al menos un par de carcajadas es lo que ofrece la película. Está bien lograda y es muy entretenida. Palomera, claro, pero con calidad, buenas actuaciones y mucha sangre.
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