martes, 21 de abril de 2020

Mujercitas | Reseña de una historia anacrónica



Por Carolina García. 

En 1868 la preocupación social no era parte de la agenda femenina, el arquetipo, más bien, naufragaba en la acentuación de una belleza moldeada por grandes y elaborados peinados, corsés y faldas para la satisfacción visual de la llamarada masculina. En medio de ese orbe con limitantes por género, la estadounidense Louisa May Alcott publica Mujercitas, una novela sobre cuatro hermanas durante su transición de la infancia a la adultez. 

La aventura narrada por Alcott ha sido multi-adaptada al mundo audiovisual (cine, televisión y animación), escabulléndose hasta el 2020 con la realizada por la directora Greta Gerwig quien se encargó de fragmentar la línea cronológica de la historia para hacerla a través de flashblacks y con una estructura narrativa elíptica. 

La trama se desarrolla durante la Guerra Civil (1861-65) situada en Estados Unidos, donde el padre de las hermanas March, Jo (Saoirse Ronan), Amy (Florence Pugh), Meg (Emma Watson) y Beth (Eliza Scanlen), participa en el frente, mientras que las niñas, junto a Marmee, interpretada por Laura Dern, sobreviven a la escasez económica. 

El valor argumentativo deambula por la caracterización de los personajes femeninos, con alta conciencia social y sobre todo artística a pesar de la época en la que viven, donde las mujeres eran mayormente relegadas del pensamiento crítico y en vez, educadas para la labor doméstica y el papel de una “buena esposa” y “buena madre”. 

En esta adaptación, Gerwig transmite con mayor denotación el vínculo de las hermanas March y, más aún, se vislumbra la ambición de Jo y Amy como artistas, además de observar su relación con hostilidad y competencia, que al final se resuelve con la maduración de ambas. Sin embargo, la participación de Marmee no da lugar al entendimiento de una madre como una de las claves para el desarrollo del pensamiento de sus hijas (a diferencia de la Margaret que hace Susan Sarandon en Mujercitas del 94, por ejemplo) aunque no faltan los diálogos explicativos, en papeles secundarios, que sustituyen la actuación de Dern y Bob Odenkirk. 


En tanto a Saoirse Ronan, como personaje principal, muestra una mujer que excluye casi por completo los parámetros dulces con los que debe cumplir, parámetros impuestos por meras construcciones sociales a favor de un sistema establecido por unos cuantos. ¿Es éste el resultado de una época de auge y, sobre todo, apoyo al movimiento feminista? Con certeza el desdoble actancial de Ronan se deriva de su talento anteriormente visto ya desenvuelto como una rebelde en la misma cinta que protagonizó y que fue dirigida por Gerwig, Lady Bird (2017). 

Ronan —logra— proyectar una mujer fuera de los paradigmas femeninos con naturaleza, plasma un carácter fuerte sin ser derribado por la sumisión, aunque es casi imposible despojar a Jo de su feminidad por completo, cuando la vemos cortar su cabello para conseguir algo de dinero y luego de horas, en medio de la nocturnidad, cae en lamento por la pérdida de un atributo que ha sido inculcado como uno propio de la mujer y considerado como símbolo de seducción (una escena casi igual a la realizada por Gillian Armstrong en 1994).

You need to marry well… Opuesto a la deconstrucción de las hermanas, la tía March, encarnada por Meryl Streep, se sitúa en el otro polo: la felicidad se consuma a través de la economía, al lado de un buen hombre y sin grandes posibilidades para sobresalir como mujer. Streep proyecta sin recato los defectos de un personaje conservador y tradicional, sin adquirir un papel antagónico, pues este “antagonismo” es otorgado al tiempo, al interrumpible crecimiento de las March. 


Y la cinematografía… El francés Yorick Le Saux fotografía Little Women con tomas mayormente estáticas no desconcentra en movimientos innecesarios fuera del tinte fílmico. Visualmente, la colorimetría se torna cálida al mostrar un pasado atiborrado de esperanzas, de ilusiones para el porvenir, de una vida atravesada por el arte y por la familia aún unida; al contrario de los recuerdos de Jo, la pantalla enfría cuando la observamos en el presente, un presente funesto tras la transición de la pérdida de su hermana Beth, la soledad y la confusión. 

El film de 135 minutos escarba un sentimiento femenino que continúa después de más de un siglo. El relato no señala culpables de la desintegración social de la mujer (o al menos no presentes en el rodaje) y, al contrario, involucra a los personajes hombres que rodean a las hermanas como parte de la unión.

Mujercitas fue nominada a seis Premios Oscar en su edición número 92 por Mejor película (Amy Pascal), Mejor actriz (Saoirse Ronan), Mejor actriz de reparto (Florence Pugh), Mejor guion adaptado (Greta Gerwig), Mejor diseño de vestuario (Jacqueline Durran) y Mejor banda sonora original (Alexandre Desplat), galardonada por Mejor diseño de vestuario.


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