jueves, 27 de septiembre de 2018

Goliat | Reseña



Por Carolina García.

El ideal del género heterosexual hundido en la urbe industrial de algún hueco dentro del país suizo, entre pugnas de sexos, deseo y amor. Así, llega Goliat a suelos mexicanos dentro de la cuarta edición de Talento emergente bajo la firma de la distribuidora Alfhaville cinema y en la dirección de Domink Locher.

A sus inicios, ya se espera entre un azul y rosa mediado por el blanco en las letras de la cinta lo que sigue, la fluctuación ente el hombre y la mujer, el arquetipo de los colores de la infancia usados para la representación de los sexos. Y el cuadro primero bañado en espuma, en puro color azul combinado con la carne del humano se vuelca bellísimo, pero nos quiebra, al pasar los minutos rompe en discurso con la imagen en pantalla, desarmoniza, se vuelve un infierno, desasosiego sin ser saciado ni siquiera acabado el rodaje.

El goce sexual derrumbado en medio del acto por las palabras de a continuación, estoy embarazada, desidia y temor embriagan el cuerpo del personaje encarnado por David Lenger (David)… Abortar o no abortar… La decisión final se concluye en el interpretado por Jasna Fritza (Jessy), cuántas mujeres optarían por la primera…



Cocaína, alcohol y sexo, luego de la convivencia banal entre amigos, de regreso a casa la ruptura de la relación. David disipa su vida después de no cumplir su rol masculino frente a un acto de hostigamiento hacia su novia. Envuelve su vida en el éter esteroide.

La gente cambia, las líneas mejor gastadas durante los 85 minutos de rodaje, el asentimiento, la consolidación de una familia, la responsabilidad del que viene en camino. El frenesí voraz de la joven pareja no culminaría en la maduración del vínculo amoroso, los problemas internos acaban con uno mismo.

Lenger, aunque en la fallida de continuidad de su caracterización cuando comienza con el consumo de esteroides y ejercicio, se consagra en el personaje protagonista involucionado, el cuadro más atractivo de todo el filme se rompe con el esperpento de sus ojos el resto de la cinta. La levedad de su ser, la debilidad, la pérdida de un mundo al colapso de una adicción.



Locher nos muestra la degradación del ser, del hombre y la mujer, de la relación, el quebrante de la identidad. La obsesión en uno mismo, el prejuicio del dar en lo monetario. Sin ser cercanos a la situación rasga latidos interiores en el espectador, quién no ha amado hasta la raíz o gozado entre amapolas como Pizarnik, para luego culminar en el odio, en la perdida de uno mismo por ser mejor para el otro.

Con ya varios galardones al guion y los actores protagonistas en la Muestra Internacional de Cine de São Paulo y el Trinity International Film Festival, un filme de estereotipos enmarcados por la sociedad, de placer visual entregado en la edición 2018 de Talento Emergente, el que para este año ha reunido a más de diez países, iniciado el pasado 24 de septiembre con el cierre de éste el 29 del mismo mes disponible en cartelera Cineteca Nacional.


Trailer



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