lunes, 16 de diciembre de 2019

Marriage Story | Reseña



Por Eddie Rinctoya. 

Alguna vez Aristófanes relató sobre la historia del amor, en la cual, los humanos eran seres de cuatro piernas, cuatro brazos y dos cabezas. Existían las personas pegadas al mismo sexo masculino, las del sexo femenino y los combinados (de hombre y mujer), pero al ver el poder que cada vez conllevaba estos seres, Zeus temió por su poder, así que con los rayos se encargo de dividirnos en dos a cada uno, y es por eso mismo que pasamos en nuestra vida buscando la otra parte para estar completos, pues nuestra alma se haya dividida desde que nacimos y es la razón por la que nos sentimos perdidos en muchos momentos de nuestras vidas. 
¿pero quien nos enseña sobre la ruptura del que creemos que es esa persona es nuestra otra mitad, Aristófanes lo sabría? 

Historia de un matrimonio del director Noah Baumbach, quien no solo dirige en esta cinta sino también hace el guion, en cierto modo narra parte de su proceso de divorcio con su ex-esposa. La historia se centra en Charlie (Adam Driver), un director de teatro con cierto éxito y su esposa Nicole (Scarlett Johansson), una actriz de teatro quien siente que no ha completado su carrera como actriz por complacer a su esposo y que a través de la cinta vemos el proceso de divorcio de ambos.

Noah Baumbach, quien estrena por segunda vez consecutiva su película en la plataforma de Netflix, llega con una cinta sobre las emociones humanas, en particular sobre la perdida de amor hacía nuestra pareja. En otras ocasiones el director y guionista nos ha presentado cintas como The Meyerowitz Stories (2017), While We´re Young (2014) o Frances Ha (2012), en todas abarcando los problemas emocionales y sociales que tenemos como individuos en las diferentes etapas que vivimos y compartimos: la vejez, el amor, la perdida del amor,  la familia ¿saber con qué propósito estamos vivos?, entre otros. 

Baumbach trabajó con el compositor Randy Newman para la banda sonora, quien recientemente compuso Toy Story 4. De manera acertada llamó a Adam Driver, el cual ha colaborado en varias de sus cintas (ahora se encuentra en la cúspide de su carrera), con la combinación perfecta de Scarlett Johansson, que basta sólo verlos en las múltiples escenas para apreciar el deceso de un amor. 


Marriage Story nos habla del lado pesado del querer, y es que a veces, el amor nos hace sentir mariposas en el estómago, pero hay momentos que de tanto aleteo en el estómago se vomita y por ello, hay quienes dejan de amar, desisten de ver a sus parejas o familia como algo importante. Existe un ego en nosotros, escondido y enclenque como una bacteria en nuestro ser que a veces, solo a veces, ayuda a terminar con aquello que veíamos supremo. No sólo se muere por una falla física de nuestro cuerpo, sino también se muere por las conexiones emocionales que nuestro cuerpo abandona.
Y retomando el párrafo inicial de este texto, quizás pasamos la mayor parte de la vida decepcionados de no encontrar a nuestro amor verdadero o como decía Aristófanes “nuestra otra mitad”. Quizás nos pasa como las langostas, y cito esta historia contada por psicólogo, maestro y escritor Jordan B. Peterson:

Tras perder una batalla, independientemente de lo agresivo que haya sido el combate, la langosta se muestra incapaz de volver a luchar, incluso contra otra a la que haya derrotado en una ocasión anterior. Una combatiente vencida pierde la confianza, en ocasiones durante días. Pero a veces la derrota tiene consecuencias todavía mas graves. Si una langosta dominante pierde el combate de forma lacerante, su cerebro básicamente se disuelve y acto seguido se desarrolla uno nuevo, un cerebro de individuo subordinado mas apropiado para la posición inferior que ahora ocupa. En efecto, su cerebro original no es lo suficientemente complejo para gestionar la transformación de monarca en ultimo peón sin desintegrarse por completo y volver a desarrollarse. Cualquiera que haya sentido una dolorosa transformación tras sufrir un duro revés amoroso o profesional puede sentirse hasta cierto punto identificado con ese crustáceo que una vez lo dominaba todo.

Cuando llega o dejamos el amor en las dos situaciones, dejamos de bombear sangre de alguna manera onírica, pero jamás nos explican que seguiremos respirando, pues nadie muere de amor pero si de suponer ideales.

¿si los humanos fuéramos como serpientes u orugas arrastraríamos nuestra piel mudada para subir nuestro ego? 
Si Historia de un matrimonio les provoco una catarsis, les dejo tres películas que espero busquen y exploren un poco más sobre el tema, al final, las películas son una pequeña terapia de aquellos que han vivido otras cosas que nosotros aún no.

Blue valentine de Derek Cianfrance.

The broken circle breakdown de Felix Van Groeningen.

Once de John Carney.  


Trailer 


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